El TDH es un trastorno del neurodesarrollo. Como indica Rafa Guerrero, es un problema de madurez. El cerebro de un niño que tiene TDH se desarrollo de una manera mucho más lenta. Rafa nos dice que como lo último que se desarrolla en el cerebro es la corteza frontal, por eso aparecen los síntomas que todos conocemos del TDH.
Existen muchos mitos sobre el TDH. Algunos de ellos son que el TDH no existe, que desaparece en la etapa adolescente, que mi hijo no puede tener TDH porque puede estar muchas horas haciendo una actividad, etc.

El TDH está sobrediagnosticado e infradiagnosticado. Diagnosticamos en base a los síntomas. Nos encontramos a muchos niños que tienen síntomas que no se corresponden con el TDH y los diagnosticamos como TDH. Pero también hay un perfil de TDH que es el inatento, que al ser más difícil de detectar, estamos infradiagnosticándolo.
Rafa cree que los maestros no están formados para tratar con niños con TDH. Cree que el problema no es que no tengan recursos, es que no entienden lo que es el TDH. Al no entenderlos, no empatizan con el alumno o alumna que lo sufre.
Rafael nos aconseja tres pautas para comprenderlo:
- Formación.
- La mirada incondicional, es decir entenderlos y respetarlos.
- Poner en marcha muchos descansos cerebrales.
También nos aconseja cuatro pautas para padres y madres:
- Que les comprenden y no les juzguen por lo que hacen.
- Que se sienten con ellos para organizar las tareas escolares.
- Que tengan muy en cuenta la actividad física.
- Que trabajen la parte emocional y social.
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